El mando

Si desnudara uno a uno cada uno de mis sentimientos

Si despojara de sus vestiduras a todo lo que siento

Si colgara sus pesados trajes en el fondo de mi ropero

dejando en cada percha, las telas tejidas con mis miedos

los harapos que arruinan mis ilusiones y mis sueños

los abrigos pesados que rodean de culpa mis deseos.

Si desnudara uno a uno cada uno de mis sentimientos

Si despojara de sus vestiduras a todo lo que siento

Si rasgara todos los vestidos que ocultan mis anhelos

condenando a arder en la hoguera a despojos y restos

a los trozos y retales con los que a veces me engaño

a los jirones arrancados, a los trapos sucios del silencio,

Si desnudara uno a uno cada uno de mis sentimientos

Si despojara de sus vestiduras a todo lo que siento

Si enterrara la mentira en las frías arenas del destierro

Empezando a conocerme, recuperando el mando

Mi corazón sería libre, sin ataduras ni falsos lazos

Y el timón de mi vida acariciaría siempre mis manos