Entre poesías

Entre poesías

miércoles, 29 de junio de 2011

Recuerdo



Sin palabras, susurro a la noche
Mientras el cielo me abriga
Mientras la dama blanca me mira,
me sonrie y permanece a la escucha.
Imagino la escalera de un recuerdo
Y con una sonrisa en mis labios,
con la emoción asomándose a mis ojos
subo al primero de los peldaños.
Un aire fresco estremece mi alma
Mi cuerpo tiembla, mi mente titubea
La emoción me embarga sin cautela
Y mis sentidos empujan para que ascienda.
Y mi cuerpo aborda los escalones
Mis sentidos van tejiendo emociones
Brotan jardines en mi corazón
Y culmino la escalinata de sensaciones.
Asisto engalanada a un nacimiento
Vestida con mil dudas y desconcierto
Miro la cuna instalada en mi alma
Y acuno al retoño nacido sentimiento.
La luna acaricia mis felices instantes
Pero llena mi mente de cautos detalles
Mientras yo recuerdo tu bella mirada
Aquella que nunca debí llevarme.

domingo, 26 de junio de 2011

Ahora que llueve



                      Ahora que llueve
                      Las paredes de mi alma rezuman de humedad
                      Y mi corazón maltrecho
                      Con goteras en el techo
                      Se ahoga en el negro pozo de tu frialdad.
                                                        
                      Ahora que llueve
                      Los pasillos de mis entrañas respiran soledad
                      Y la morada de mis sonrisas
                      Huérfana de aire de brisa
                      Se sumerge en las aguas de tu oscuridad.

                      Y dime donde entierro
                      Las sonrisas que enredaron nuestro destino
                      Las canciones que susurramos al oído
                      Cómo destierro
                      Las caricias y los besos de cada amanecer ..
                      Y dime donde entierro
                      Las miradas que alumbraron nuestro camino
                      Las palabras que tejieron el abrigo
                      Como destierro
                       La pasión y la locura de cada anochecer. ..

                       Ahora que llueve
                       El barco de mi vida vaga y flota a la deriva
                       Y la esencia de mi ser
                       Sin el perfume de la fe
                       Hace aguas entre las dunas de tu honda herida

martes, 21 de junio de 2011

........


Enfermo diálogo que alimenta las heridas
Oscuro pacto de las letras con la locura
Cementerio atormentado de palabras vivas
Endiablado callejón de frases sin salida.
Monstruoso abismo de miradas perdidas
Ciegos ojos que enmudecen sin descifrar
Tristes y ajados iris que leen sin vida
Lagunas de dudas en el cansado mirar.
Laberinto interminable de roces temerosos
Tímidos atisbos de caricias confusas
Coloso abrazo que busca el arca de los tesoros
Botiquín de besos rescatando musas.

viernes, 29 de abril de 2011

Soledad ..


Compañera de aventuras,
 huésped que acoge el alma,camarada viajera,
 sherpa que trepa las cumbres de tus entrañas
Colega de emociones,
 portadora de sensaciones reales e inciertas 
bella durmiente que sosiega,
 volcán en erupción que despierta

Amiga en los sentimientos,
 rival que lucha contra viento
zarpa que desgarra pensamientos,
caricia que mima momentos
Enemiga en algunas batallas,
aliada que espera en tu seno
soledad,
a veces tesoro del cielo que prende fuego en el infierno.



martes, 26 de abril de 2011

Silencio

El silencio ...
unas veces fiera daga, que rasga y excarva con su hoja afilada
otras.... dulce cura, que sosiega y serena, envolvedora calma
El silencio ...
unas veces cruel martillo, que golpea y destruye con su maza
otras..... mano amiga, que acaricia y mima, delicada palma
El silencio...
una veces fiera indómita, que agrede y castiga con su garra
otras..... mansa mirada, que observa y mira, encantadora dama.
El silencio ...
unas veces cruel arma, que hiere y lastima con su lanza
otras..... delicada sonrisa, que aviva y alimenta, vitamina del alma

viernes, 22 de abril de 2011

Herida


La luna, bella dama que impregnó en mi alma su influencia
me avisó desde el primer instante, con dulzura, con cautela
Me sugirió que abriera los ojos, que permaneciera alerta,
pero insistió en la ternura, la ternura de quien por cariño, espera.

Mi alma avisó al recelo, y un atisbo de él asomó en mi interior
pero mi corazón henchido de cariño, cerro los ojos,
contradijo a mi alma, contradijo a la luna
y aspiró toda la sangre de mis venas para bombear más amor.

Cuando la aguja del tiempo acaparó varias noches
Selene repitió aviso, bañada su ternura en una mueca de dolor
La boca de mi ser tomó la palabra, escuché su profunda voz
mi alma besó al recelo, y éste, retó a mi corazón.

Y Júpiter que esperaba escondido, invocó al dios de la guerra
cabalgando por mi duelo, Ares recorrió la dolorida senda
Con mi decepción sembró ataques. sembró defensas
mas la mentira vestida de amistad venció con fieras estelas

Y aquel triunfo de la falsedad y la cobardía, latigó mi alma
la cruel herida abierta en mis entrañas, sangra lágrimas de rabia
mi corazón ha perdido una rosa, la traición dejó su espina
el dolor de la daga clavada, espantó con su fuerza a la ira.

Se abrió de nuevo la verja, del sendero de la cruel decepción
en su angosto camino, duras piedras, malas hierbas y ajadas flores
Y apareció la mano hipócrita, lamento falsamente arrepentido
 palabra oscura, mirada traidora, sentimiento fingido

La traición, disfrazada y enmascarada de verdad y pureza
beso de judas, traficante de almas, manipulador de sentimientos
No acariciaré tu lazo, si no desnudas con esmero tu impostora risa
pues la Luna está en mi ombligo regalándome su sonrisa.


lunes, 18 de abril de 2011

Relato: Infidelidad

  
   Aquella tarde, fría y lluviosa, Carlos, atenazado por el sentimiento de culpa, decidió tomar el sendero de la sinceridad, y con el cuerpo tembloroso, la voz entrecortada y la mirada empapada en agua de lágrimas, confesó a María su infidelidad.
   A María un escalofrío le escaneó todo su cuerpo... En su interior, se inició una batalla cruenta. El dolo hizo rehén a su corazón empapado de amor. Prendió una soga a su alrededor y a cada embate, como si de una pitón se tratara, oprimía un poco más. El amor se henchía para ganarle terreno pero el pulso fue terrible.
   Durante unos días, entre María y Carlos no hubo sonrisas, ni palabras, ni tan siquiera miradas furtivas. No hubo caricias, ni buenos días, ni buenas noches, ni cama compartida ni desayunos cómplices al alba. Parecían dos desconocidos habitando la misma casa, dos almas perdidas y ciegas que fingían que se ignoraban.
   Carlos simplemente vagaba. Aunque María lo ignoraba, su culpa no tenía perdón porque seguía nadando entre dos aguas, porque su alma se debatía entre dos damas, a una la quería, a la otra .... la anhelaba. Dejó de ser infiel en la alcoba para serlo en el lecho de los sentimientos, donde mora la infidelidad más cruel, la más dolorosa.
   María perdió su luz y en su vagar se podía leer la angustia que dentro de ella se fraguaba. Se borró su hermosa sonrisa y sus labios se tiñeron con la mueca del dolor, esa que sale del alma dañada, esa que nace cuando la traición te hace una visita inesperada de la mano de quien más amas.
   Una noche, en la plenitud de la madrugada Carlos depertó entre la incomodidad de aquél sofá que durante unos días fue su almohada. Se incorporó y aun arriesgo de despertarla, se acercó a María y le regaló el beso más dulce que hasta ese día le había entregado. Después, sin reparar en equipaje salió de casa. Y comenzó a caminar, dio un paseo con la luna, y luego con el sol, después con las nubes, más tarde con la lluvia ... Y jamás volvió a dulce abrazo de María, pensó que ya jamás, la amaría como merecía.
   Esa misma noche, al mismo tiempo que Carlos recorría aquella fría madrugada con Selene como única compañía, dentro de sus sueños, el amor de María encontró el perdón y con una nueva luz en su mirada buscó a Carlos por toda la casa. Al comprobar su ausencia, lo entendió todo y el ardor de la desolación empezó a pujar presionando primero su cabeza La fuerza de aquella presión acabó clavando sus rodillas en el suelo y arrancándose el aliento que le quedaba, un gemido aterrador salió de su garganta y volvió de nuevo a desgarrarse su alma.