Entre poesías

Entre poesías

lunes, 19 de septiembre de 2011

Palabras mudas

Almacenamos dentro frases y palabras
Acompañadas de lágrimas y sonrisas
teñidas de silencio, escondidas y mudas
que anhelan esa voz que les de vida.

Amontonamos secretos hilados con deseos
deseos que sonríen en nuestros sueños
coloreados por nuestra imaginación
que viajan en ella sin salir al exterior.

El alma frena nuestras ganas de gritar
Nuestra necesidad de mostrar y de decir
Cuando es muy alto el precio a pagar
acallar lo que sentimos no es mentir.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Sentimientos




Intento masticar despacio todos mis sentimientos
para digerirlos con calma y no engordar mis miedos
Saboreo cada matiz, cada hebra con la que tejen luego
Unas veces pegajosas telarañas y laberintos de fuego
otras cálidos abrigos para cobijarme del viento.

Algunos se agolpan a la puertas de mi garganta
ahogan mi voz, me roban el aire y cortan mi aliento
son los más duros e indigestos si logran colarse dentro
Y mi estómago se encoge y acude con temor a mis ojos
apela a mis lágrimas, las perlas grises del desahogo.

Otros más gustosos dejan mil delicias en mi boca
Y surcan mis entrañas, dándome cobijo y alimento
Acarician cada poro de mi ser con sus cálidos besos
Viajan a mi alma sembrando flores durante el trayecto
laten en mí sonrisas cuando es dulce el sabor que siento.

martes, 13 de septiembre de 2011

No comprendes





No puedes sacarle de tu mente
Su recuerdo puja con fuerza
Estás confundido y no comprendes
que se haya instalado en tu cabeza

Esta noche has estado con ella
en tus sueños te acompaña
Estás desorientado y no entiendes
por qué te persigue su mirada

Ardes en deseos de volver a verla
entender tu deseo de tenerla cerca
Y robarle quizá tan solo un beso
porque deseas prender la hoguera
pero no quemarte en su fuego.

Recuerdas al detalle cada palabra
cada sonrisa que brindó a tu alma
Estás perdido y no reconoces
Si solo es un dulce para tu almohada

Su nombre aguarda en tus labios
en tus ojos se ha grabado su imagen
No dejas de escuchar sus palabras
su voz se repite a cada instante.

Ardes en deseos de volver a verla
entender tu deseo de tenerla cerca
Y robarle quizá tan solo un beso
porque deseas prender la hoguera
pero no quemarte en su fuego.

Te preguntas si en ella será igual
Si todos los días te tendrá presente
Si habrá soñado contigo
Si también se muere por verte.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Arde en el infierno

Espero que en el infierno
el diablo oscuro te de cobijo
Te rodee entre sus brazos
Te acoja y abrigue en su regazo
pues en vida has sido fiel vasallo
el ejemplo claro de ser buen hijo.
Espero que en el infierno
Encuentres el castigo merecido
que te graben las mismas llagas
que con el ego de tus llamas
imprimiste en quien te amaba
cuan sangriento enemigo.
Espero que en el infierno
el sufrimiento acabe contigo
que tu tortura sea muy lenta
que pagues con creces tu cuenta
por apalear sin descanso ni tregua
maltratador ruin que maldigo.
 
Malditas sean tus huellas
Maldito el rastro de tus pasos
Fuiste aplastando estrellas
con la furia de tus puños
con la rabia de tus manos

domingo, 11 de septiembre de 2011

Penando el error


Debí anclar en aquel puerto
en aquella primera escala
y dejar que todas tus palabras
quedaran a las puertas del alma.
No debí izar las velas
ni zarpar levando anclas
No debí juguetear con las olas
que me arrastraban a tu playa.
Ahora este barco hace aguas
navegando a la deriva
maldiciendo mi torpeza
vago confusa y perdida


Debí apearme en aquella estación
en aquella primera parada
y dejar que todas tus frases
quedaran a las puertas del alma.
No debí continuar este viaje
ni acomodarme en tu mirada
no debí alimentar la caldera
que me arrojaba a tu morada.
Ahora este tren descarrila
en la penúltima estación
lamentando mi inconsciencia
voy penando por mi error.

No dejaré de combatir



Repaso con rabia las cicatrices
que quedaron grabadas en mi alma
Huellas de las viejas heridas
que se abrieron en cada batalla.

Repaso con rabia las postillas
secuelas de mis luchas más recientes
que aun supuran fuego y lava
como estigmas del dolor latente.

Repaso con rabia la piel arrancada
que atesta de tumbas mi corazón
Señales de guerra que me dejó la vida
Trozos y tiras que me arrancó.

Mientras me quede una gota de sangre
Y mi último latido se niegue a morir
Aunque te alces en pie de guerra
Aunque el filo de tu garra me hiera
No dejaré de combatir.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Pasión

EL MEJOR REGALO DE MI INFANCIA
 
No levantaba dos palmos del suelo cuando comenzó mi pasión por ti.
Todavía recuerdo aquellas ocasiones en las que con la boca abierta y los ojos como platos, podía observar a tus primas a través del televisor cautivando al público y sobre todo, cautivándome a mí. Su lenguaje me embelesaba y parecían transportarme a un mundo diferente de mágicas sensaciones.
Sonrío al rescatar de mi memoria la imagen de mi misma imprimiendo el halo de mi aliento, las huellas de mis dedos y de la punta de mi nariz en aquél escaparate que te exhibía y del que para mí, eras la protagonista. Sin duda, la más bella de todas, la más bonita, el objeto de mi deseo. Las niñas de mi edad suspiraban por las muñecas con sus trajes variados y complementos. Esperaban con fervor la llegada de un cumpleaños o de SS.MM. Los Reyes Magos para ver cumplidos sus sueños de poseer la muñequita de moda con renovado vestuario y habilidades múltiples. Yo, sin embargo, suspiraba por ti. Eras mi obsequio perfecto. Podía imaginarte envuelta en un precioso papel de regalo amoldado a tus formas como si de un traje hecho a tu medida se tratara y engalanado con un hermoso lazo. En aquellos días eras la ilusión de mi vida.
Tengo grabado en mi mente cada detalle de aquel inolvidable día en el que el sol me premió luciendo con un brillo especial. En mi corazón conservo cada sensación, cada emoción que viví en aquel momento, aquel en el que llegaste a mí.
Te encontré descansando sobre mi cama, vestida de gris, como la Bella durmiente a la espera del despertar. Recuerdo que mi cuerpo comenzó a temblar y mis ojos emocionados abrieron la puerta a las lágrimas. Te abracé con todas mis fuerzas y disfruté de aquel instante de inocente felicidad. Mi alma gritaba en silencio dando rienda suelta a la alegría que desbordaba. Deslicé la cremallera de tu traje ajustado y dominada por la impaciencia te despojé por entero de las vestiduras que guardaban tu belleza. ¡¡ Oh Dios !! ¡¡ Eras preciosa !!
Te acomodé en mi regazo, te tomé con mis manos y al acariciar tus cuerdas, juntas despertamos…