Intento masticar despacio todos mis sentimientos
para digerirlos con calma y no engordar mis miedos
Saboreo cada matiz, cada hebra con la que tejen luego
Unas veces pegajosas telarañas y laberintos de fuego
otras cálidos abrigos para cobijarme del viento.
Algunos se agolpan a la puertas de mi garganta
ahogan mi voz, me roban el aire y cortan mi aliento
son los más duros e indigestos si logran colarse dentro
Y mi estómago se encoge y acude con temor a mis ojos
apela a mis lágrimas, las perlas grises del desahogo.
Otros más gustosos dejan mil delicias en mi boca
Y surcan mis entrañas, dándome cobijo y alimento
Acarician cada poro de mi ser con sus cálidos besos
Viajan a mi alma sembrando flores durante el trayecto
laten en mí sonrisas cuando es dulce el sabor que siento.
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