Entre poesías

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sábado, 16 de abril de 2011

Relato: Chateando

Las ondas internéticas tardaron en llegar a su hogar. La tecnología se resistía a entrar en su casa, nunca era buen momento para ello pero además,  ella misma también se negaba a hacer ningún trato con la nueva era.  Aguantó la carencia todo lo que pudo hasta que por motivos obvios se vio obligada a alojarla en su vivienda. Los primeros viajes que emprendió por el océano cibernético fueron travesías aventureras;  inmersiones en las aguas de la wikipedia, consultas a los sabios de las profundidades sobre temas de interés y paseos interminables  por los túneles y bifurcaciones que dibujaban el mundo de youtube.La mayoría de sus amigos, conocidos y familiares habían adquirido ya el rango de expertos en estas lides por lo que la experiencia de los demás le sirvió de brújula y mapa para orientarse. En mumerosas ocasiones se repetía ... " por qué no me habré apuntado a un cursillo de iniciación, ¡¡ esto es un lío !! ". 
            En ningún momento instaló en su cabeza la idea de introducirse en alguna de esas redes sociales de las cuáles hablaba la gente. Le parecía absurdo. Alguna amiga intentaba convencerla para que probara, pero cuando sus oídos filtraban el hablar de granjas, chats y nuevas y lejanas amistades pensaba que aquello era una locura. Se decía así misma  .... "sí, lo que me faltaba ... ponerme a jugar como los niños, y ¿qué es eso de hablar con alguien que no conozco de nada y que además vive a  kilómetros de distancia?, con lo bonita que es la amistad con contacto físico" .
   Todavía no logra recordar qué detalle le hizo sucumbir y llamar a la puerta de facebook pidiendo una plaza, todavía no puede explicarse como esa muralla  que había construido terminó derruida dejándole paso por encima de sus escombros a la nueva forma de relación social. Pero si de verdad había algo que jamás hubiera imaginado era que un chat ......... podría llegar a ser tan importante en su vida como acabó siéndolo.
  Ciertamente, su entrada en aquella plataforma fue todo un complemento vitamínico rico en minerales y elementos naturales que acompañaron sus momentos de soledad y alimentaron sus inquietudes. Se acomodó en su muro, decoró su perfil vistiéndolo de un ambiente acojedor y aquello acabó convirtiéndose en su rincón particular, donde tan sólo ella podía entrar sin llamar, refugiarse y disfrutar. Comenzó invitando a su hogar cibernético a aquellas personas que conocía personalmente y que formaban parte de su entorno familiar o social. Le encantaba recibir a sus amigos con la mayor de la sonrisas y con comentarios cariñosos y disfrutaba devolviéndoles la visita con bombones musicales que variaban el gusto cada día, unas veces su sabor era como una explosión de notas, otras eran una serenata para el alma ........
  El contador de amigos comenzó el incremento ... y la distancia apareció por primera vez en su círculo social. Pronto se benefició de la riqueza que aquella realidad le ofrecía. Y empezó atesorando tarjetas de visita de todas clases y colores. Degustó pasteles rellenos de nuevas melodías (lpara ella desconocidas) que archivó en su biblioteca y ampliaron sus conocimientos. Y aquella sana bollería le abrió la mente y el alma ... la distancia se camufló de forma tan magistral, que prácticamente desapareció.
   El teléfono .... ese chat que hasta ese momento tenía puesto el cartel de "reservado para entorno social próximo", fue descolgado para el resto después de haber estado comunicando o fuera de cobertura durante mucho tiempo. Y allí, en esa pequeña cabina virtual comenzó algo que jamás hubiera imaginado que pudiera suceder.
   Siempre había tenido presente que el roce hace el cariño pero estaba a un paso de comprobar que a base de rozar el alma, el cariño podía acabar generando sentimientos más profundos y por supuesto, peligrosos, sobre todo cuando como era su caso, había una familia detrás. No cabía duda de que seguía amando a su pareja pero quizá, en aquella época, el amor que compartían ambos permanecía sumido en un profundo sueño. 
   Y conoció a un misterioso vendedor de dulces que se fue metiendo en su corazón poquito a poco. Era un hombre diferente, encantador, que le ofrecía un tipo de cariño que ya tenía olvidado, con detalles que le inundaban de dulces sensaciones y  con el que se dio cuenta que compartía pensamientos, inquietudes y gustos que ni tan siquiera conjugaba con su pareja. Todos los días sacaba tiempo para enchufarse al chat y mantener una de esas charlas que le daban cobijo y reconfortaban su corazón. Ella fue tomando cosciencia de que algo estaba pasando, notaba como sus sentimientos ganaban en intensidad y como el contacto que tenían comenzaba a resultarle necesario. Pero la luz de alarma se encendió cuando comprobó que la mayor parte del día le acompañaba en el pensamiento y que además, ardía de ganas por conocerle personalmente, por tener un encuentro con él imaginándose una escena demasiado romántica para tratarse de una amistad. Ella estaba segura de que su sentir no era recíproco. Para él, sin duda alguna, era una amiga especial pero sus sentimientos no habían dado el salto.
   Necesitaba parar pero veía impotente como sus sentimientos empezaban a volar demasiado alto. Tenía que tomar una determinación, estaba asustada aunque sabía que al menos, el no ser correspondida era una ventaja para salir de aquellas vías antes de que el tren pasara. Durante un tiempo intentó a base de lucha, distanciar el contacto e intentar retomar aquel amor que sentía vivir adormilado en su corazón y que pertenecía al hombre con el que compartía su vida desde hacía ya mucho tiempo. Ese hombre con el que inició un proyecto de vida y que por supuesto ignoraba totalmente la relación que mantenía en el chat y los sentimientos que ella albergaba. Una noche, armándose de valor para hacer honor a la sinceridad, pura cualidad de la amistad, pinchó en el nombre de su encantador huésped coronario, respiró hondo y comenzó a escribir sin cesar. No dejó detalle de lo que sentía, de la decisión que iba hacer efectiva  y de lo que iba a suponer.. Desde ese día, y con un profundo dolor en el alma, su nombre desaparecería de su lista de amigos y con ello todo su contacto. Había desempolvado la balanza y teniendo por un lado al amor durmiente y por el otro....a  un amor soñado decidió luchar contra el letargo y revivir lo que un día vivió con intensidad.
    No habían pasado más de dos días cuando, dando un paseo por el muro central, el marcador de mensajes le alertó. Cuando pinchó para comprobar quien era y antes de abrirlo, se percató de que se trataba de aquel del que había decidido alejarse. Pensó que su petición de intentar entenderla no había calado en él y durante unos momentos dudó entre elminarlo directamente o ver lo que decía. No pudo remediarlo, lo abrió y sus ojos se llenaron de lágrimas cuando observó  una foto muy especial del último viaje que había realizado junto a su pareja. En el comentario ....

GRACIAS,EN REALIDAD SIEMPRE ME HAS AMADO, SIEMPRE NOS HEMOS AMADO PERO CIERTAMENTE, HABÍAMOS OLVIDADO EL POR QUÉ. SOLO NECESITÁBAMOS VOLVER A EMPEZAR COMO AQUELLA PRIMERA VEZ. EL CHAT NOS HA UNIDO DE NUEVO.
¿PODRÁS PERDONARME? AHORA PONDRÉ MI VERDADERA FOTO DE PERFIL.
MILLONES DE BESOS

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